martes, diciembre 20, 2011

El hubiera sí existe...

Por "El Halcón" Hodson


Por muchos años, la imaginación del ser humano ha volado lejos y ha permitido inventar una cantidad inmensurable de cosas, que con el paso de los tiempos, se han ido mejorando constantemente.  

La imaginación del hombre ha demostrado ser la mejor herramienta de la naturaleza. Una herramienta que permite la creación de otras herramientas. El que podría considerarse el “torno” de la mente, convierte una serie de datos, imágenes y memorias en una mezcla constante que nos da como resultado una infinidad de posibilidades, tantas como personas existen y han existido en el mundo.

La imaginación da paso a la inventiva. Y de la inventiva nace la invención y todos los aparatos y procesos derivados de ella que ha visto el hombre pasar durante toda su historia. 



La creación de lo nuevo y el refinamiento de lo existente, es la idea que llevó a los hombres de las primeras eras a crear el concepto de lo divino. A final de cuentas, si el hombre es creador de todo lo humano, el creador del hombre y de la naturaleza es el creador máximo. El creador de todo lo que existe y por ello es aquel que posee la divinidad. El padre de todo y el inventor supremo. Nuestro concepto de lo divino siempre va ligado al reflejo de nuestra propia existencia. En esa divinidad vemos potenciada exponencialmente nuestras capacidades. El ser máximo es aquel que puede hacer todo lo que no hemos podido crear o pensar, y por ello tratamos de alcanzarlo. Esta mecánica cósmica-humana es la que crea esta paradoja contradictora, que hace que el hombre se mejore a sí mismo y mejore su concepto de deidad con los años. Por referencia termina admirando lo superior.

Por decreto tradicional, todo lo que es desconocido o inalcanzable al ser humano pertenece a dios, y todo lo conocido y alcanzado pertenece al hombre. Y aunque la tradición del pensamiento nos dice que esto es lo lógico, el pensamiento radical siempre trata de encontrar un camino entre el tradicionalismo y el status quo, para alcanzar nuevos horizontes en esa búsqueda del ser humano por alcanzar alturas cada vez más lejanas. El pensamiento radical siempre está solo en la sociedad y acompañado en la imaginación, porque lo que el ser humano institucionalizado no comprende y teme, la imaginación lo admira y anima a continuar. Es la realidad misma del hombre en sociedad la que impulsa y frena a aquellos que tienen la meta de buscar la innovación. El impulso de romper el molde y el freno que trata de encuadrar las ideas dentro del mismo lugar y momento.

Es por ello que desde que alguien imagino una realidad diferente, siempre existió alguien que trata de evitar este cambio radical. Es el status quo contra la renovación. Una lucha donde ninguno, y a la vez los dos, tienen la razón, pero a su vez también ambos buscan encontrar un camino hacia la auto realización humana. El paso de lo humano a lo divino para humanizar la divinidad de lo que no conocemos o entendemos. El imaginar realidades alternas donde una idea llevo al hombre a un punto diferente en la ciencia o la cultura es aquello que impulso a los visionarios de todas las épocas. Platón imagino un mundo de ideas, Confucio un mundo de pensamiento lógico, Alejandro Magno una tierra unificada bajo un gobierno coordinado, Jesucristo un mundo donde el ser humano ame a su prójimo, Galileo una tierra que gira sobre su propio eje, Da Vinci una humanidad que viaja por los cielos y bajo las olas del mar, Verne imagino que el hombre llegaría a la luna, Einstein imagino al hombre a través del tiempo y el espacio, y sin duda alguna todos los que han imaginado una historia y presente diferente han tenido la esperanza de cambiar la realidad a su alrededor de algún modo significativo.

“El hubiera no existe”, reza el dicho popular, sin embargo la historia de las ideas nos dice lo contrario. El hubiera si existe y existe más que nunca en este momento. La ciencia ficción, la fantasía, los retrofuturismos, y todos los movimientos culturales y literarios que la propia sociedad trata de rechazar como validos terminan consolidándose en la mente de aquellos que ven mas allá de la imaginación colectiva. Aquellos radicales de la mente que se atreven a llegar más lejos que los demás en su forma de ver la vida y que imaginan un mejor futuro.



Si lo divino es lo inalcanzable o inentendible, entonces aquellos que tratan de alcanzar o dar explicación a este tipo de cosas, están en lucha constante con la percepción de “lo que es” o “debe ser” en la mente de los individuos de la sociedad institucionalizada. Es entonces que estas personas en conflicto, tratan de alcanzar y entender lo divino en los términos ya explicados, y si esto es así, entonces, ¿no es que todos los que tratamos de innovar el pensamiento del ser humano, como actores en solitario, independientes, pero actuando en conjunto con un mismo fin, no somos todos nosotros mercenarios de lo divino, o mejor dicho, Mercenarios de Dios?








"El Halcón" Hodson es columnista de "El Investigador" desde el mes de Agosto. 
Tiene una carrera como Licenciado en Sociología es mexicano y residente de la zona metropolitana de Guadalajara, capital el estado de Jalisco, ubicado al occidente del país. 
























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